martes, mayo 09, 2006

-.Cancioncitas.-


Dejemos que el poeta escriba su poesía, que las hadas vivan los cuentos, ocupémonos tú y yo de liberar los besos que soñamos mientras dormíamos, esos que siempre nacen en pares y con la primera letra en mayúsculas. Esos que se me resbalan por la punta de la lengua hasta la comisura de tus labios explotando en blanco y negro por ser de la luna y la noche aun cuando tu esencia siempre esta perfumada de color violeta.

Que el tiempo se mida ahora en caricias y hasta que los primeros rayos del sol rompan el hechizo déjame darle la vuelta una vez mas al reloj y que cada granito al caer se convierta en una letra.

Y así, mientras deletreamos caricias, escribamos canciones.

Y cantemos, con las pestañas, con las mejillas.


Luis Gonzalo Hernandez Zamora

sábado, mayo 06, 2006

-.Por tu regreso.-




Pues bien, quizás esta noche pueda volver, pero me gustaría sentirte hacer lo mismo, quisiera verte flotar de nuevo cuando cierro los ojos y convertir el silencio en una sonrisa tuya con música de fondo.

Podríamos ser de nuevo aquellos cómplices desconocidos, lejanos, nocturnos. Aquellos, los inmortales, de viento, aquellos de la lluvia, los de la luna, los de los cuentos. Aquellos, los de la historia jamás documentada, los del reflejo en la mirada, los de los ojos rojos por la mañana. Los de la magia que tú siempre hablabas.

Y pareces firmar el espejismo de tu presencia con fantasmas de humo que brillan en la oscuridad. Firmas como refrendando tu asistencia en el libro de mi vida y me complace tu regreso, me seduce la idea de pensar que tal vez mañana cuando me leas te incite a regresar por la noche, colgada del viento y te poses bajo mis pestañas.

Volvemos a los sueños compartidos, a las caricias de papel, a la inmortalidad anunciada por el beso nocturno en aquellas lunas de marzo. Y al final de la jornada por fin, las buenas noches, otra vez, serán mejores.


Luis Gonzalo Hernandez Zamora