martes, febrero 22, 2005

-.¿Y si se me acaba la tinta?.-

Hay aún tantos pedazos de ilusiones dando tumbos de agonía en mi cabeza, tantas promesas rotas que se han vuelto una maraña de piezas de un rompecabezas incompleto que si mi tinta se termina, podría no articular las palabras correctas en cada momento de sinceridad.

No se si realmente pueda asumir las responsabilidades de dicha situación, dibujar recuerdos que jamás pasaron con pedacitos de viento nunca ha sido mi especialidad. Tengo guardado todavía un adiós que nunca dije y dos palabras que esperaba escuchar, de que otra forma podré cantarlos, plasmarlos y arrojarlos al mar.

En filas intranquilas parpadean a mí alrededor palabras nunca pronunciadas, confusiones no aclaradas y más de una suposición en ningún tiempo comprobada, de que manera podré ahora soplarlas y observar como se plasman en lo que nunca he llamado mi verdad.

Cuando la luna se apodera de tu ventana aun viene tosiendo entre el humo de mi cigarro a contarme tus sueños y anoche noté un reflejo pensativo en mi taza de café que me miraba recordándome aquella geografía de tu cuerpo que jamás pude explorar.

Tengo cientos de canciones escuchadas y una permanente ausencia de tu risa en mis oídos que aun necesito garabatear, aquella inspiración de la que una vez hablé me está pidiendo una tregua de libertad, me toca a mí ahora regresar tal vez sin avisar, aunque eso implique romper viejas normas de moral.

Si mi tinta se acabara, te aseguro que eso no significaría mi final, aun me quedan lágrimas sin llorar, aun me queda mi espada y si es necesario sangre en el cuerpo para poder continuar.

Luis Gonzalo Hernandez Zamora