jueves, febrero 24, 2005

-.Aquélla tarde en el café.-

Con una taza de café entre tus manos y algunos centímetros de esperanza en tus ojos, tus labios pálidos mas que rojos y con el pelo suelto cayendo sobre tus hombros, dejabas de notar la ausencia de motivos para enamorarte, notabas a distancias difusas las notas del músico callejero que se arrinconaba detrás de su sombrero vacío, a lentos cuadros por segundo iban pasando los rostros sin historia de las personas en la calle, suspirabas anhelos encontrados, suspirabas futuros de minutos soñados, suspirabas tal vez besos deseados. Con la elegancia de una adolescente encendías un cigarro y arrojabas el humo hacia arriba sin percatarte siquiera de cómo intentaba llamar tu atención dibujando fantasmas antes de tocar el techo.

Aquella tarde en el café, aquella tarde de miradas a cortas distancias, encontré recuerdos de años venideros, conversamos entre murmullos de cucharas mareadas, fumamos, sino la pipa de la paz, si la de la esperanza, instituimos nuevas festividades al calendario oficial, engendramos sueños de paseos de luna y amaneceres de sabanas revueltas, aquella tarde en el café, aquella tarde en que el tiempo goteaba, jamás la voy a olvidar.

Luis Gonzalo Hernandez Zamora