jueves, enero 13, 2005

-.Inspiración.-


Tienes muchas explicaciones que dar, según las buenas costumbres no es correcto aparecer así de repente después de tantos inviernos, sin al menos tomarse la molestia de llamar antes.

Quien te dijo que serias bien recibida, mira que la ultima vez que nos vimos ninguno de los dos salio bien librado de esa maldita escaramuza entre mi tinta y tu paciencia, de tal forma que todavía apenas hace algunas noches extravié mi espada al dejarla tirada mientras huía atemorizado al perder una mas de mis eternas batallas contra el vacío de un papel.

Que injusta has sido conmigo al abandonarme a mi suerte en medio de aquella vida copada de desidias e impertinencias, jamás hubo tanto egoísmo ni ingratitud que la que tú mostraste al ignorar mi infinita soledad. Noche tras noche, entre el cementerio de cigarros de mi cenicero, espere paciente tu llegada, y hubo días que amanecieron de noche y noches que obscurecieron de día, hubo tanta necesidad de ti, fueron tantas las veces que se detuvo el tiempo y tan pocas las veces que pude repararlo que estoy seguro que en medio de tanto desperfecto se perdió algo importante.

Fue en alguno de esos tiempos ambiguos, justo cuando la ultima gota de rocío caía sobre la hierba, que la luna grito tres veces mi nombre y se marcho.

Fue en alguno de esos soplos de causas perdidas, justo cuando los últimos tres lienzos de humo de entrelazaban con despojos de aire, que pude arrancarle un intento de sonrisa a mi boca.

Fue en alguno de esos momentos de realidad torcida, justo cuando mis entrañas se peleaban con la agonía, que vi volar por primera vez en mi pensamiento los destellos de su nombre.

Pues bien, ya no te necesito más, ahora he probado sus labios, esos labios capaces de pronunciar la más hermosa sonrisa que se pueda fantasear. Esa sonrisa que me da lo que tú me arrebataste.

Espera, aun no te vayas, déjame darte un último beso, déjame agradecerte que hayas dejado ese vacío para que ella viniera a llenarlo, déjame decirte que ya no me eres indispensable, ahora ella esta ahí, siempre en mis pensamientos, ahora esa ultima gota es la primera y la luna ya no me esquivará mas. El vacío se termino tan solo con su primera sonrisa, ¿te das cuenta? Voy a colmarme de tantas sonrisas y besos suyos como de aire para vivir.

Espero, algún día, que en algún rincón de la nostalgia, nos volvamos a encontrar para evocar aquellos viejos tiempos, si algún día me necesitas, seguro me encontraras por aquí, entre alguna que otra letra mal escrita, entre alguna que otra palabra que nunca dije.

Luis Gonzalo Hernandez Zamora